martes, 20 de noviembre de 2012

LA REELEVANCIA DE LAS ESCUELAS RURALES

La relevancia de las escuelas normales rurales



El primer plan de trabajo para las escuelas primarias rurales fue elaborado tomando en cuenta las necesidades vitales de las comunidades campesinas e indígenas, detectadas por los maestros ambulantes y sociológicamente instruidos, orientados y conducidos por educadores profesionales y por ello atrajo la atención de múltiples sectores sociales que empeñaron sus mejores esfuerzos en la tarea de integrar dicho plan a la Escuela Normal Rural para preparar con eficacia a los nuevos maestros.

Para completar el proceso se incluyen en el programa conferencias a efecto de propiciar el establecimiento de sociedades cooperativas de obreros y campesinos, comités de salubridad, asociaciones de madres de familia y de protección a la infancia. Con este pequeño y rústico programa surgen funcionalmente, como instituciones dinámicas que responden plenamente a las necesidades naturales y sociales de las comunidades campesinas e indígenas, las escuelas normales rurales orientadas a formar a los maestros que este sector mayoritario de la población mexicana necesitaba en aquel momento. Más adelante, al finalizar el decenio 1923-1933, las Normales Rurales se habrán de fusionar, dando lugar a una nueva institución: las escuelas regionales campesinas.

Rafael Ramírez y Moisés Sáenz son dos de los más destacados teóricos y realizadores de la educación en México durante los años veinte. En especial sobresale su participación en la escuela rural. De ella dirá Ramírez: "La Escuela Rural Mexicana es una institución genuinamente socializante, es decir, una institución creada fundamentalmente para integrar a la gente en verdaderos grupos sociales con alma y vida colectiva. Ésta es su función más noble y es también más útil, pues el trabajo genuino de la escuela está concentrado en la comunidad, entre la gente madura, a quien es imperioso socializar en primer lugar, para ennoblecerla y mejorarla a continuación." Estos conceptos enmarcan la doctrina de la educación rural de los años veinte; sus rasgos todavía persisten en proporciones apreciables en el campo mexicano. Sin embargo, lamentablemente, al finalizar la década los profesionales de la política empiezan a utilizar la escuela creada por la Revolución, para otros fines. Y el resultado es que la política educativa de la Revolución se convierte en educación política, seguramente presionada por el clericalismo interno y el imperialismo externo que no han dejado de operar dentro de la estructura y el desarrollo social de México.

Finalmente, para concluir esta parte, podemos decir que de 1923 a 1925, en la Facultad de Altos Estudios de la Universidad Nacional se imparten cursos para maestros de educación primaria. Moisés Sáenz es el organizador de ellos, en los cuales Ezequiel A. Chávez dicta, por primera vez en México, la cátedra de Psicología de la adolescencia. Con estos cursos se prepara el advenimiento de la escuela secundaria, para completar la obra de educación primaria. Y aunque la universidad sigue estancada en los métodos del positivismo y de espaldas a la Revolución, en su seno se crea el Departamento de Educación Rural conforme al proyecto autorizado por el Secretario de Educación Pública el 31 de enero de 1928 (idem, p. 218).

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